lunes, 29 de abril de 2013
¿En qué lugar se reúnen este corazón y esta consciencia,
en qué lugar hacen frontera y se pueden escuchar los clamores extranjeros de uno y otro lado?
¿En qué lugar desaparecen, como el horizonte al llegar?
Sólo en este páramo donde galopa el caballo sin dueño.
Aquí donde se oye el batir salvaje de sus cascos,
como toda la tierra, como todo el mar, como la tormenta.
Aquí mismo, aquí donde te arrolla.
Donde, invisible, te revuelca en la polvareda de fuego de sus patas.
Y ves.
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